Las formas antiguas de aprendizaje consideraban al alumno como un mero receptor de los contenidos que podía suministrarle el maestro, el profesor o el experto. Aprender en el aula simbolizaba la presunción de que la experiencia de aprender allí era algo recortado del mundo real y la vida estaba separada de ella. La experiencia de aprender en el aula se ha jerarquizado tanto que hoy día se valora primordialmente las credenciales académicas. Pero esto no garantiza el éxito en la vida.
Desde los estudios de la Psicología se ha incorporado la importancia del aprendiz en la construcción del aprendizaje conjunto. Piaget fue un psicólogo que ha desarrollado la teoría y práctica del constructivismo en el aprendizaje, desarrollando cómo el ser humano va construyendo su propio aprendizaje a partir de sus experiencias, resignificándolas en un proceso continuo.
El nuevo aprendizaje jerarquiza la experiencia de la interacción recíproca en los procesos de aprendizaje, donde se valoriza la participación activa, el compartir experiencias y la aplicación pragmática. Todo conocimiento que no es puesto en acción no conlleva aprendizaje. Asimismo se enfoca no sólo en los contenidos, sino que la persona identifique su propio estilo de aprendizaje.
Kolb identificó cuatro estilos de aprendizaje: 1) experiencia concreta, 2) observación y reflexión, 3) formación de conceptos abstractos y generalizaciones y 4) hipótesis a ser corroboradas en una acción futura, con experimentación activa. Todos los estilos de aprendizaje son válidos y cada uno de ellos lleva a desarrollar distinto tipo de elecciones de ocupaciones en la vida según el estilo preferido. Cuando las personas pueden reconocer sus fortalezas y puntos de mejora en la manera de aprender, pueden luego llevarlo no sólo al trabajo sino a sus distintos ámbitos y seguir aprendiendo complementando y desarrollando los otros estilos no preferidos.
El Coaching es una disciplina que lleva al coachee a generar nuevos aprendizajes revisando los modelos mentales, sistemas de creencias desde donde percibe y aprende, la gestión de sus emociones y cómo se dirige a la acción desde su sistema de pensamientos y su energía, y le enseña a partir de esa revisión a diseñar un futuro diferente a partir de posicionarse en nuevas miradas que lo lleven a mejores oportunidades de éxito. Se procura el empoderamiento del coachee y el desarrollo de nuevas competencias que lo habiliten en los diferentes ámbitos de vida con un enfoque superador.
Por ello, los entrenamientos de Coaching tienen la característica de ser procesos de aprendizaje donde se jerarquiza la reflexión y acción, implicando los diferentes aspectos y ámbitos del ser, (el lenguaje, las emociones, la corporalidad, la espiritualidad y el sistema al que pertenece y actúa), sostenidos en teorías que conlleven a la aplicación práctica de los aprendizajes adquiridos desde donde las personas puedan reinventarse y desarrollarse continuamente.